jueves, 10 de junio de 2010

Gobierno de José López Portillo

El expresidente mexicano ingresó al Partido Revolucionario Institucional en el año de 1945, y en 1959, entró al servicio público con el apoyo del tal partido.

Ocupó varios cargos antes de ser mandatario de nuestro país; estuvo al frente del Consejo de Planeación Económica y Social, fue asesor Técnico de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Educación y de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Patrimonio Nacional; Director General de las Juntas de Mejoras Materiales: SEPANAL; Coordinador y asesor de la Comisión de Desarrollo Urbano no Fronterizo; representante del Congreso de Planeación y Habitación, y Secretario de Hacienda de 1973 a 1975.

En aquellos años, los presidentes emanados de su partido escogían personalmente a su sucesor, y José López Portillo fue la opción elegida por el presidente Luis Echeverría.

Durante los meses siguientes, López Portillo realizó su campaña presidencial sin adversario alguno, ya que el único partido opositor con registro en ese entonces era Acción Nacional, que debido a divisiones internas no presentó candidato.

Finalmente López Portillo es electo presidente de México.

Durante su discurso en la toma de posesión, ofreció una reforma política.

Para diciembre de 1977, la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LFOPPE) fue aprobada por el Congreso, junto con un paquete de 17 reformas y adiciones a otros tantos artículos de la Constitución (6,41,51,52,53,54,55,60,61,65,70,73,74,76,93,97 y 115).Los partidos políticos eran reconocidos como entidades de interés público, pero también para la ampliación del sistema de partidos y que participaran en el Congreso. Liquidó la figura de los diputados de partido e introdujo el sistema mixto de representación proporcional, incrementó el número de diputados a 400 -divididos éstos en 300 uninominales y 100 plurinominales-, redujo los requisitos para que los partidos políticos obtuvieran su registro.

En estas circunstancias, el Partido Demócrata Mexicano (PDM), el Partido Comunista Mexicano (PCM) y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) solicitaron y obtuvieron su registro condicionado. Además, cuatro asociaciones políticas nacionales de izquierda (Unificación y Progreso A.C., la Unidad Izquierda Comunista, el Movimiento por el Partido Revolucionario de los Trabajadores y Acción Comunitaria A.C.) quedaron habilitadas para participar electoralmente en alianza con algún partido político.

La prueba para la reforma electoral llegó en 1979, cuando se realizaron elecciones para diputados. En ellas el abstencionismo fue muy elevado -41.6% del padrón-, el PRI obtuvo el 69.84% de los votos ( le correspondieron 296 diputados ) y perdió, en manos del PAN, 4 diputaciones uninominales; este último partido obtuvo 10.79% de los votos ( 43 diputados ) y le siguieron el PCM con 4.97% ( 18 diputados ), el PPS con 2.59% ( 11 diputados ), el PST con 2.12% ( 10 diputados ),el PDM con 2.05% ( l0 diputados ) y, por último el PARM con 1.81% ( 12 diputados ). Por primera vez se permitió la presencia en la Cámara de Diputados de otros partidos diferentes a los que habían estado por más de tres lustros. Así, en agosto de 1979, se instaló la LI Legislatura del Congreso de la Unión, en la que fueron incorporados diputados opositores de la izquierda, con lo que la pluralidad de la Cámara se vio incrementada de manera significativa, aunque en términos reales la oposición no tuviera el número suficiente de representantes para crear un congreso equilibrado.

Entre el periodo de 1977 y 1981, hubo un crecimiento económico, pues la economía aumentó a una tasa media anual de 8.4%; se produjeron casi cuatro millones de empleos, el gasto público como porcentaje del PIB aumentó de 39.5% en 1979 a 47.2% en 1981, con lo cual se consolidó un amplio sector público de la economía y el Estado pudo resolver algunas contradicciones tanto con el sector privado como con el sindicalismo.

Por otro lado, los ingresos dependían de las exportaciones del petróleo y el porcentaje del PIB llegó a su punto máximo, sobrecalentando la economía.

Las clases más bajas fueron afectadas y el gobierno implantó la Coordinación General del Plan General de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (Coplamar), que pretendía coordinar acciones entre las distintas entidades gubernamentales.

El Impuesto al Valor Agregado (IVA), surgido de la L Legislatura, así como el Impuesto sobre Adquisición de Inmuebles, el Impuesto sobre Automóviles nuevos, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, y la expedición de las nuevas leyes de Impuesto sobre la Renta, Aduanera y Federal de Derechos, fueron factores de la inflación.

La caída internacional del precio del petróleo, definió el rumbo de los acontecimientos. Al estar la economía mexicana atada completamente al petróleo, la base de ésta se vino abajo y con ello la reacción de los empresarios se empeoró nuevamente: fuga de capitales.

La crisis financiera se agravó en la medida en que las divisas comenzaron a escasear y el gobierno de López Portillo no impuso el control de cambios. El presidente intentó sostener hasta el último momento a los empresarios como sujetos fundamentales de la economía el fin de mantener la alianza en el bloque en el poder. Sin embargo, medidas de último momento como la reducción del gasto el establecimiento de exenciones y estímulos fiscales ya no tuvieron respuesta positiva.

Ante la inmensa fuga de capitales y las difíciles condiciones económicas en que se encontraba el país como consecuencia de la salida de divisas, el gobierno tuvo que tomar una determinación sorpresiva el 1 de septiembre: la nacionalización bancaria, anunciada por López Portillo ante un Congreso estupefacto.

Con la nacionalización de la banca y la imposición control de cambios, el gobierno esperaba frenar de manera radical la fuga de capitales, y responder políticamente al aislamiento con el que el capital financiero le había supeditado. Más que un triunfo caprichoso sobre los empresarios, lo que estaba en juego para el Estado era la acumulación de capital como base material de sustentación del sistema.

Sobrecalentamiento económico

Si bien, el petróleo hizo crecer el PIB, los desequilibrios persistieron y se acentuaron: gran inflación, crecimiento del déficit de la cuenta corriente, crecimiento de la deuda externa(37 mil millones de dólares en 1978, 71 mil millones de dólares en 1981). Los síntomas de problemas económicos generados por el crecimiento petrolero fueron apareciendo a lo largo del sexenio, en medio del debate sobre la conducción del programa económico entre la Secretaría de Programación y Presupuesto y la Secretaría de Hacienda. En 1979 la tasa de crecimiento del PIB llegó a su nivel más alto, provocando un sobrecalentamiento de la economía.

Esta situación afectó a los sectores bajos.

Desvíos del Plan de Desarrollo Económico

No había habido despilfarro. Cada programa, incluídos los criticados edificios de PEMEX y el banco de México, minucia simbólica, que en la magnitud del problema prácticamente no cuentan, tiene su propia explicación, aunque reconocía que eran una inoportuna inversión.

Y es que, tal vez, ante la necesidad de ajustar el gasto público, se hayan perdido prioridades que se establecieron en el plan original. Mencionó que habían sido o serían corregidas hasta donde se pudiera.

miércoles, 2 de junio de 2010

Deuda externa

La deuda externa que en 1977 era de menos de 21,000 millones de dólares, en 1982 alcanzó los 76,000 millones, de los cuales el 80 % corresponden al gobierno y el 20 % restante, a la deuda privada.

Trabajadores afectados

Los trabajadores fueron los más afectados debido a las medidas tomadas por el gobierno y por la respuesta de las amenazas que habían hecho los empresarios , por lo que hubo varias manifestaciones de inconformidad , como las de los Telefonistas, Maestros, Trabajadores de Mexicana, Trabajadores de la Universidad, Huelgas de hambre por parte de Acer-Mex y Carabela, etc.

Sin embargo, el movimiento obrero se mostró solidario con las decisiones tomadas por el ejecutivo. La dirigencia sindical aceptó el aumento de salario establecido por el gobierno.

Después de la devaluación, la CTM propone un pacto de solidaridad con los empresarios para evitar la quiebra de las empresas.

Pero los conflictos entre los empresarios y los gobernadores se agravaron, por lo que el apoyo del movimiento obrero fue básico para el gobierno. De agosto a diciembre de 1982, las demandas obreras iban más encaminadas a apalear a los empresarios.

Nacionalización de la banca y control de cambios

El 1 de septiembre de 1982, día de su último informe de gobierno, habría de encarar a la ciudadanía para anunciarle el caos. Culpó de la debacle a los banqueros y a los "sacadólares", no admitió tener que ver en el hundimiento financiero del país, sus palabras fueron: "Soy responsable del timón, pero no de la tormenta"y, de un plumazo, nacionalizó la banca y decretó el control de cambios, más en el tenor de una rabieta desesperada, en el de medidas sopesadas y necesarias, lo que se vislumbró en su argumentación: "Ya nos saquearon. México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!". Cambió la política de intereses (incluyendo el de tipo de interés que se otorgaba a las cuentas de ahorros) y estableció una serie de reglas en materia del Sistema Financiero, partiendo de la base de que buscaba un mejor acceso a los servicios de banca, una mayor distribución de los recursos financieros que permitiera y despegue de la actividad comercial e industrial de México.

Sin embargo, la realidad fue que no funcionó como se esperaba y la crisis en este campo se aumentó, y le dio al traste con las buenas intenciones que se tuvieron al decretar la estatización bancaria. Los financieros globales estaban aterrados de que este ejemplo pudiera extenderse al resto del sector en vías de desarrollo.

Devaluación del peso

Hubo devaluación de más del 70% , de 27.01 pesos por dólar a 47.25
pesos por dólar (después de un período estabilizador de 22 años). Esto fue causado por la caída internacional del precio del petróleo, hecho inesperado que definió el rumbo de los acontecimientos. Al estar la economía mexicana atada completamente al petróleo, la base de ésta se vino abajo y con ello la reacción de los empresarios se declinó nuevamente: fuga de capitales.
Se reconoce por primera vez que existen problemas de endeudamiento
externo y graves dificultades financieras.

Se implementaron medidas que beneficiarían a la clase trabajadora con la ampliación de la acción de Conasupo y Coplamar, y se sugirió un incremento salarial.

Los empresarios inician una campaña de desprestigio hacia el gobierno: “Menos Estado, Más Sociedad”.“ Atalaya 82” fue reunión empresarial que tuvo lugar del 14 al 16 de enero, en el que se atacaba directamente al gobierno y se le culpaba por completo de la crisis que se vivía en el país y para instaurar un proyecto económico dirigido por la iniciativa privada.

Inflación y déficit de la balanza comercial

La desconfianza en el Estado y en el gobierno no se hizo esperar, pues se agudizaron las políticas de expansión fiscal y monetaria (mayor gasto público y mayor creación de dinero), creando un nivel de inflación con tendencias alcistas, produciendo una pérdida de competitividad con el exterior. El Impuesto al Valor Agregado (IVA), surgido de la L Legislatura, así como el Impuesto sobre Adquisición de Inmuebles, el Impuesto sobre Automóviles nuevos, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, y la expedición de las nuevas leyes de Impuesto sobre la Renta, Aduanera y Federal de Derechos, fueron factores de ésta. La inflación en enero subió un 5%, por lo que la gente empezó a invertir en dólares para “proteger” las finanzas. Para 1982, los depósitos en moneda extranjera eran de 12 000 000 000 de dólares. Esto trajo consigo un estancamiento en las exportaciones y aunado a una recesión mundial, donde los países del resto del mundo adoptan políticas restrictivas, y este tipo de políticas proteccionistas producen un aumento en el déficit de la balanza comercial.